sábado, 25 de febrero de 2017


El neandertal que aún «vive» en nosotros



La otra especie humana inteligente desapareció hace 40.000 años, pero su ADN influye en los genes del hombre moderno, desde la altura a enfermedades como la esquizofrenia o el lupus.



El ser humano moderno coexistió con los neandertales en Europa.

Los neandertales desaparecieron hace unos 40.000 años, pero antes convivieron con el Homo sapiens en Europa durante generaciones. Esa coexistencia implicó encuentros sexuales que dejaron en nosotros una «huella» que aún llevamos encima: entre el 2% y el 4% del genoma de los seres humanos actuales, con la excepción de los africanos, tiene la marca neandertal. Pero eso, ¿cómo nos influye? ¿Estos fragmentos afectan a la función de nuestro genoma, o son sólo pasajeros silenciosos en el viaje? Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington creen que las secuencias de ADN neandertal todavía influyen en cómo los genes se activan o desactivan en los humanos modernos. Es decir, probablemente contribuyen a rasgos como la altura y la propensión a padecer enfermedades como la esquizofrenia o el lupus.

«Incluso 50.000 años después del último emparejamiento humano-neandertal, todavía podemos ver efectos medibles sobre la expresión de los genes», dice el genetista y coautor del estudio, Joshua Akey. «Y esas variaciones en la expresión de genes contribuyen a la variación fenotípica humana y la propensión a la enfermedad».

Estudios previos han encontrado correlaciones entre genes y rasgos neandertales como el metabolismo de las grasas, la depresión y el riesgo de lupus. Sin embargo, averiguar el mecanismo detrás de las correlaciones ha resultado difícil, explican los científicos. El ADN puede ser extraído de fósiles y ser secuenciado, pero eso no sucede con el ARN (ácido ribonucleico). Sin esta fuente de información, los científicos no pueden estar seguros exactamente si los genes neandertales funcionaban de manera diferente que sus contrapartes humanos modernos. Pueden, sin embargo, mirar a la expresión de genes en los humanos modernos que poseen ascendencia neandertal.


En este estudio, los investigadores analizaron las secuencias de ARN en un conjunto de datos en busca de personas que llevan versiones tanto neandertales como humanas modernas de un determinado gen, una versión de cada «padre». Para cada uno de estos genes, los investigadores compararon la expresión de los dos alelos (cada una de las variantes que puede tener un gen) en 52 tejidos diferentes.

«En aproximadamente el 25% de todos los sitios que hemos probado, podemos detectar una diferencia en la expresión entre el alelo neandertal y el alelo humano moderno», dice el investigador Rajiv McCoy, primer autor del estudio.
Cerebro y testículos

La expresión de alelos neandertales tendía a ser especialmente baja en el cerebro y los testículos, lo que sugiere que estos tejidos pueden haber experimentado una evolución más rápida desde que nos separamos de los neandertales hace aproximadamente 700.000 años. «Podemos inferir que las mayores diferencias en la regulación de genes entre los humanos modernos y los neandertales tal vez existan en el cerebro y los testículos», dice Akey.

Un ejemplo no cubierto por este estudio es un alelo neandertal de un gen llamado ADAMTSL3 que disminuye el riesgo de la esquizofrenia, mientras que también influye en la altura. «Nuestros resultados apoyan este modelo», dice McCoy. Para los investigadores, es un ejemplo de cómo las pequeñas diferencias entre los humanos modernos y los neandertales pueden contribuir a la variación en las personas.

«La hibridación entre humanos modernos y neandertales incrementó la complejidad genómica», explica Akey. «La hibridación no fue solo algo que ocurrió hace 50.000 años de lo que no tenemos que preocuparnos más. Esos pequeños trozos y piezas, nuestras reliquias de neandertal, están influyendo en la expresión génica de forma generalizada e importante».

El equipo pretende ampliar sus investigaciones y conocer si los denisovanos -otra especie de homínidos de Siberia que se cruzaron con los humanos modernos- también están contribuyendo a la expresión de nuestros genes.


http://www.abc.es/ciencia/abci-neandertal-vive-nosotros-201702231857_noticia.html

Descubrimiento de exoplanetas: los científicos ya han hallado 3.500 ‘tierras’ fuera de nuestro sistema solar

La NASA ha anunciado este miércoles el asombroso hallazgo de un sistema solar con siete planetas similares a la Tierra y con condiciones para albergar vida


Descubrimiento de exoplanetas: los científicos ya han hallado 3.500 ‘tierras’ fuera de nuestro sistema solar




Cuando los astrónomos divisen pequeñas estrellas que titilan a través de sus telescopios, ahora sabrán con certeza que alrededor de algunas de ellas hay mundos no muy distintos al nuestro. El descubrimiento de exoplanetas comenzó en los años 90 y desde entonces se han descubierto alrededor de 3.500 de estas tierras lejanas.

El miércoles, un equipo investigador internacional encabezado por holandeses, usando telescopios tanto en la Tierra como en el espacio, anunciaron el descubrimiento de un sistema solar a 40 años luz de distancia con siete planetas del tamaño del nuestro girando en torno a una pequeña estrella.

Cada nuevo descubrimiento reafirma que las ideas preconcebidas acerca del universo a nuestro alrededor están hechas para ser refutadas

Es posible que los tres planetas más recónditos tengan “regiones limitadas” en las que se den condiciones propicias para la existencia de agua líquida, de acuerdo con el nuevo estudio publicado en la revista Nature y anunciado por la NASA. Los tres siguientes entran de lleno en lo que los astrónomos llaman la zona habitable, donde es más probable que se den las condiciones para la vida, concretamente de temperatura y agua líquida.

Esas tenues estrellas, o “estrellas enanas ultrafrías”, tienen un lado positivo. Son débiles, por lo que los planetas que pasen entre ellas y nosotros bloquearán un porcentaje mayor de luz de lo que podrían con estrellas mucho más grandes y brillantes. Eso las hace alrededor de un 80 por ciento más fáciles de detectar que si orbitaran alrededor de una estrella del tamaño del Sol.

Recreación artística del sistema estelar con siete planetas de masa similar al nuestro

El hallazgo se suma al anuncio del año pasado del descubrimiento de tres planetas del tamaño de la Tierra que orbitan esta estrella, llamada Trappist-1. El equipo holandés, encabezado por Michaël Gillon, de la Université de Liège, ya descubrió que uno de esos tres planetas es en realidad tres planetas separados. Dos vecinos recién encontrados elevan a siete el total del sistema de Trappist–1, reveló el anuncio de hoy.


Los primeros planetas fuera de nuestro sistema solar, conocidos como exoplanetas, fueron descubiertos a mediados de los años 90. Desde los primeros hallazgos – planetas del tamaño de Júpiter que orbitan estrellas más cerca de lo que Mercurio gira alrededor del Sol – los astrónomos han tenido que descartar los supuestos de a qué se parece un sistema solar.

Si hay siete planetas orbitando un sol cercano, se puede asumir que hay muchos más allá ahí fuera que los científicos aún no han sido capaces de detectar

Desde entonces, se han descubierto alrededor de 3.500 exoplanetas. Si existen alrededor de 200.000 millones de estrellas en la galaxia de la Vía Láctea, y cada una de ellas tiene al menos un planeta, eso supone miles de millones de posibilidades de que haya planetas parecidos a la Tierra.

El surgimiento de los exoplanetas, la degradación de Plutón a “planeta enano” hace una década, y la posibilidad de un Planeta 9 más allá de Neptuno son ejemplos de que, al paso de cada año y con cada nuevo descubrimiento, las ideas preconcebidas acerca del universo a nuestro alrededor están hechas para ser refutadas.




Recreación artística de un exoplaneta del sistema solar TRAPPIST
Recreación artística de un exoplaneta del sistema solar TRAPPIST (M. Kornmesser / AFP)





Cuando nuestro sistema solar era el único que conocíamos, era fácil fantasear en televisión, en el cine y en nuestra imaginación, que otras estrellas contaban con toda una gama de planetas iguales al nuestro. Lo que revela lo que hoy se da a conocer es que la suposición, aunque sin duda es errónea, no es tan errónea como creíamos.


El tamaño de la muestra de exoplanetas aún es demasiado pequeño. Existen varios miles de planetas documentados, en comparación con los muchos cientos de miles de millones de posibilidades. La buena noticia es que el descubrimiento de Trappist-1 tiene una enorme influencia en las probabilidades de encontrar planetas del tamaño de la Tierra en otros lugares. Si hay siete orbitando un sol cercano, se puede asumir que hay muchos más allá ahí fuera que los científicos aún no han sido capaces de detectar


http://www.lavanguardia.com/ciencia/20170223/42246048431/descubrimiento-exoplanetas-nasa-sistema-solar.html




sábado, 18 de febrero de 2017

Bienvenid@s a mi blog

Gracias por entrar a mi Blog. Desde aquí estaremos comunicados descubriendo el bello Mundo que nos ofrece la Ciencia y la Investigación.